La glucemia representa el nivel de glucosa en la sangre. Mantener este valor dentro de los límites normales es esencial para garantizar el buen funcionamiento del organismo. Cuando la glucemia se eleva por encima de los umbrales fisiológicos, hablamos de hiperglucemia, una condición que no debe subestimarse, ya que puede ser un signo precoz de diabetes u otras alteraciones metabólicas.
Aclaremos primero el significado de la palabra hiperglucemia. Este término médico indica un aumento excesivo de la glucemia (generalmente cuando supera los 126 mg/dl en ayunas).
El azúcar en sangre puede subir temporalmente debido al estrés, una dieta rica en azúcar o una enfermedad, pero cuando la alteración se vuelve constante, es necesario investigar con un médico.
La primera pregunta que conviene responder es: ¿por qué sube el azúcar en sangre?
Las causas más comunes son:
Identificar la causa es el primer paso para una intervención correcta, pero también es importante observar la aparición de ciertos signos que actúan como señales de alarma, como sed intensa, micción frecuente, fatiga, pérdida repentina de peso, hambre constante, visión borrosa y dificultad para cicatrizar las heridas.
Estos síntomas indican que el organismo es incapaz de utilizar el azúcar como fuente de energía.
Si no se trata, la hiperglucemia puede causar daños progresivos que pueden afectar a varios sistemas y órganos corporales. Algunos ejemplos son las complicaciones relacionadas con:
Enfermedades cardiovasculares: La glucosa daña las venas y arterias, aumentando el riesgo de infarto e ictus.
Neuropatías:la hiperglucemia crónica daña los nervios, provocando hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad.
Daños renales: los riñones tienen que filtrar más azúcar de lo normal, lo que aumenta el riesgo de nefropatía diabética.
Problemas de visión: la retina es especialmente sensible a los cambios glucémicos. Sin control, puede producirse retinopatía y pérdida de visión.
Cicatrización lenta e infecciones: un nivel elevado de azúcar en sangre debilita el sistema inmunitario y ralentiza los procesos de cicatrización.
Empeoramiento del bienestar general: fatiga, deshidratación y disminución de la concentración son consecuencias frecuentes y repercuten en la calidad de vida.
La buena noticia es que la glucemia elevada puede prevenirse y controlarse con una vía integrada que, partiendo de un análisis de sangre, el especialista en diabetes elabora el historial del paciente, mide el índice de masa corporal y diseña programas nutricionales personalizados para estabilizar los niveles de glucemia y reducir la resistencia a la insulina.
La hiperglucemia también se controla con medicación o controles específicos, por lo que es fundamental seguir atentamente las indicaciones del especialista y realizar controles periódicos.
Para quienes necesitan medicación o un seguimiento específico, ofrecemos una vía de atención completa y personalizada.
Un nivel alto de azúcar en sangre no es sólo un valor fuera de lo normal: es una señal de alarma que indica la necesidad de cuidar la salud. Intervenir a tiempo significa prevenir complicaciones, mejorar la energía diaria y proteger los órganos vitales.
Si los últimos análisis de sangre han indicado un valor anormal de glucosa en sangre, conviene consultar a un especialista con experiencia. En la Clínica Life encontrará un enfoque multidisciplinar para gestionar este problema: nutricionista, fisioterapeuta, diabetólogo y especialista en diabetes están a su disposición para ayudarle a controlar su nivel de azúcar en sangre antes de que provoque consecuencias más graves.