La blefarocalasis es una afección que afecta a la región del párpado superior o inferior, caracterizada por un exceso de piel o laxitud tisular que puede perjudicar no sólo a la estética de los ojos, sino también a la función visual.
A menudo confundida con la blefaroptosis o con simples signos de envejecimiento, la blefarocalasis es en cambio una verdadera patología, que puede requerir un enfoque médico y quirúrgico multidisciplinar.
La blefarocalasis es una enfermedad crónica y progresiva en la que la piel de los párpados pierde tono y firmeza, formando pliegues cutáneos que pueden lastrar los ojos y restringir el campo de visión.
Las causas pueden ser genéticas, inflamatorias o relacionadas con la edad, pero en algunos casos también derivan de enfermedades sistémicas o reacciones cutáneas recurrentes.
Además de las molestias estéticas, muchos pacientes se quejan de molestias funcionales, como:
- Sensación de peso en los párpados;
- fatiga visual;
- irritación ocular;
- dificultades en la visión periférica.
Al tratarse de una afección que afecta a la función, la estructura y el aspecto, la blefarocalasis requiere la contribución de varios profesionales:
- Oftalmólogo : evalúa la función visual, el grado de obstrucción del campo visual y cualquier patología asociada (como el ojo seco o la ptosis palpebral).
- Cirujano maxilofacial - analiza el equilibrio anatómico y funcional de la cara, considerando el impacto de la laxitud cutánea y muscular en las estructuras periorbitarias.
- Cirujano plástico - interviene para la corrección estético-funcional, a menudo mediante una blefaroplastia personalizada, destinada a devolver la naturalidad a los ojos y el bienestar al paciente.
Esta sinergia garantiza unos resultados armoniosos y seguros, en los que el objetivo no es sólo "rejuvenecer" los ojos, sino mejorar la calidad de la visión y el confort ocular.
El diagnóstico se basa en un minucioso examen oftalmológico y maxilofacial especializado, con exámenes del campo visual y evaluación de la estructura de los párpados.
El tratamiento varía en función de la gravedad del cuadro: en los casos leves, se pueden utilizar terapias conservadoras y protocolos de medicina estética no invasiva, mientras que en los casos más avanzados, la solución más eficaz es la cirugía correctiva, que devuelve la firmeza y la simetría a los párpados.
La blefarocalasis es algo más que un signo de los tiempos: es una afección clínica compleja que merece atención y un tratamiento individualizado.
Gracias a la colaboración entre oftalmólogos, cirujanos maxilofaciales y cirujanos plásticos, ahora es posible abordarla de forma integral, mejorando la función, la salud y la armonía faciales.
