Escuela del sueño

Sueño e insomnio - terapia de grupo

¿Cómo podemos definir el sueño?
Es una necesidad primaria, presente no sólo en los mamíferos sino también en especies primitivas como las medusas, que se asocia a una disminución temporal del nivel de conciencia y de la función biológica. También es un "estado de comportamiento", con características propias de cada especie (por ejemplo, la postura estereotipada de los humanos durante el sueño es diferente de la que adoptan otras especies). Y lo que es más importante, ¡es un aliado fundamental de nuestra salud!


¿Cuáles son sus funciones?
Dado que pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo, Alain Reichtshaffen sostiene que: "Si el sueño no fuera una función absolutamente vital, sería el mayor error que ha cometido el proceso evolutivo".
De hecho, vemos cómo favorece el sistema inmunitario, protegiendo contra las infecciones y favoreciendo la memoria inmunológica, por ejemplo. También restablece las funciones físicas y psicológicas y consolida la información aprendida. Durante el descanso también se producen numerosas sustancias y hormonas, como la hormona del crecimiento. Durante las horas de sueño también se reduce la concentración de cortisol (la "hormona del estrés") y se elimina la proteína beta-amiloide, asociada a las enfermedades neurodegenerativas.

 

Factores y procesos que regulan el sueño

Dos procesos interactúan regulando el sueño, contribuyendo a la somnolencia nocturna y a la propensión a la vigilia durante las horas diurnas: el proceso circadiano y el proceso homeostático. El primero regula la alternancia entre el sueño y la vigilia en relación con los estímulos externos (como la luz, la oscuridad, las interacciones sociales, la hora de comer). El segundo define que el tiempo que se tarda en dormirse es inversamente proporcional a la duración del periodo de vigilia anterior.
El sueño también se ve influido por la edad: la calidad y la cantidad de sueño son, por ejemplo, deficientes en adolescentes y ancianos. Los factores biológicos del cronotipo y el hipnotipo explican las preferencias en cuanto a la hora de acostarse-vigilia y la mayor o menor necesidad de horas de sueño. También se observa una importante influencia del género: las mujeres duermen una media de 28 minutos más que los hombres pero, debido a la fragmentación del sueño, éste es menos reparador. El género femenino también es más propenso al trastorno del sueño más frecuente: el insomnio.

 

Cuando falta el sueño: el trastorno del insomnio

El trastorno del sueño más conocido y frecuente es sin duda el insomnio. Se trata de un problema relacionado con el estrés, cuyos síntomas son declarados, según algunas estimaciones, por aproximadamente ⅓ de la población. También se define como un "trastorno de 24 horas", que por lo tanto no sólo se asocia con síntomas nocturnos (como dificultad para iniciar o mantener el sueño), sino también con malestar clínicamente significativo o deterioro del funcionamiento diurno. De hecho, repercute en el rendimiento laboral, pero también en el rendimiento mnemotécnico, neurológico y, sobre todo, emocional. De hecho, la comorbilidad entre el insomnio y otros trastornos psicológicos es muy elevada, en particular con la ansiedad y la depresión. Se asocia a una mayor frecuencia de comportamientos agresivos y/o impulsivos, pero también a un mayor consumo de alcohol.


Así pues, la bibliografía informa de numerosos riesgos asociados a la privación de sueño, tanto sobre la salud física y psicológica como sobre los errores cometidos durante la conducción (se estima que alrededor de ⅕ de los accidentes de tráfico están causados por problemas relacionados con el sueño, como la disminución de la atención o el aumento de la impulsividad en las acciones, así como el microsueño provocado por un cambio de fase o una incapacidad previa para conciliar el sueño en los momentos más adecuados para dormir).

Por tanto, está claro que el insomnio es un problema social con un coste elevado.

El tratamiento de elección: la terapia cognitivo-conductual
Las directrices europeas actuales señalan la intervención psicológica como la primera opción para tratar el Insomnio. Sigue un protocolo que pretende acomodar los síntomas nocturnos con el objetivo de aumentar la duración, continuidad y calidad del sueño, pero también reducir el malestar emocional, cognitivo y social que caracteriza la vigilia.
Entre las técnicas utilizadas se encuentra la relajación: partiendo de la hipótesis de que el insomnio puede estar determinado y mantenido por una hiperactivación cognitiva o somática, se trata de facilitar el proceso de desactivación necesario para conciliar el sueño.

El tratamiento puede realizarse de forma presencial o en línea, en grupo o individualmente. El componente grupal permite la percepción de compartir el problema, así como la posibilidad de que los pacientes experimenten e intercambien información sobre cualquier técnica que les haya resultado útil para conciliar el sueño o la consolidación del mismo, en un espacio que permite escuchar sin juzgar.

La escuela del sueño  

Dentro del centro "Life Clinic Health Connections", se ofrecerán itinerarios personalizados de prevención-intervención a pacientes individuales o en grupo.

La metodología se inspirará en la TCC-Insomnio, la vía cognitivo-conductual reconocida como el "tratamiento de referencia" para el mencionado trastorno del sueño.

GRUPO CBT-I

En el momento de la inscripción, se entrega un cuestionario de autoadministración que se mostrará al neurólogo y al psicólogo de forma individual con sesiones de aproximadamente ½ hora por paciente que se concertarán con cita previa. Al final de la reunión
- n.1 cuestionario de detección de los trastornos de ansiedad (STAI-Y1)
- n.1 cuestionario de detección de trastornos depresivos (BDI-2)
- n.1 "Diario del sueño

Los cuestionarios de detección deben cumplimentarse y entregarse el mismo día.
El "Diario del sueño" debe reproducirse y completarse para cada semana del curso. Se utilizará para adquirir datos objetivos sobre el sueño del paciente y controlar los cambios.

Esta reunión de evaluación es funcional a la definición del grupo, con el fin de delinear las características del sueño de cada persona y sus objetivos de mejora.

El tratamiento CBT-I grupal propone, luego de la evaluación individual, 8 reuniones semanales, con entre 6 y 10 participantes.
Las reuniones serán dirigidas tanto por un neurólogo (principalmente las reuniones 2-3) como por un psicólogo (4-5-6-e-7).

La primera y la última, seguimiento/cierre del protocolo, serán propuestas por ambos profesionales.

En la relación con el Otro, se activan mecanismos transformadores dentro del grupo por:

  • Poder normalizar el problema del insomnio, una variable necesariamente común entre los pacientes. Esto permite ser comprendido en las dificultades dadas por los síntomas, y también reducir el autojuicio negativo o la sensación de ser el único que lo padece.
  • Los éxitos de los demás aumentan la motivación hacia el tratamiento, haciendo hincapié en la posibilidad de conseguir los mismos resultados mediante un proceso de modelado.
  • El componente grupal permite buscar y co-construir estrategias eficaces con respecto a los componentes emocionales, cognitivos o conductuales.
  • La interacción entre el terapeuta y los miembros del grupo permite una visión completa de la experiencia del trastorno del sueño.
     

Para estimular estas condiciones y producir un empoderamiento a través de la relación entre los participantes, cada reunión de grupo comenzará con la puesta en común del diario del sueño y de los ejercicios realizados en casa en relación con la sesión anterior. Se destacarán conjuntamente las características positivas o negativas del sueño y se buscarán soluciones aplicables y compartibles.

De hecho, la experimentación de las técnicas descritas durante las sesiones está motivada por el movimiento del grupo, lo que aumenta el cumplimiento del tratamiento y limita la evitación.


Programa de reuniones:

1) Reunión de puesta en común, en la que se explica el itinerario que se va a seguir juntos. También se compartirán los objetivos individuales que cada participante haya definido con el psicólogo o neurólogo.

2) Psicoeducación + higiene del sueño = en esta fase, se explican las razones subyacentes a las exigencias de los distintos encuentros con el fin de crear un mayor cumplimiento del tratamiento. También se prescriben comportamientos relacionados con el sueño, así como instrucciones para la correcta organización del ciclo sueño-vigilia.

3) Farmacoterapia: ¡por qué lo tradicional no funciona! - la necesidad de identificar los problemas específicos o las patologías relacionadas que pueden afectar al sueño - el programa de "destete" farmacológico.

4) Relajación y sistema de excitación= el objetivo de las técnicas de relajación es facilitar el proceso natural de relajación nocturna necesario para conciliar el sueño. Se pueden considerar momentos apropiados para reflexionar sobre las preocupaciones.

6) Control de estímulos + Programación del sueño= la técnica tiene como objetivo volver a vincular el estímulo de la habitación a la actividad condicionada de dormir, mediante señales que construyan una rutina adecuada previa al sueño. En virtud de los informes de los diarios de sueño y del hipnotipo de cada individuo, se propone una programación del sueño que traza ventanas horarias específicas dentro de las cuales se recomienda acostarse, a fin de lograr una mayor continuidad y profundidad del sueño.

6 y 7) Reestructuración cognitiva= las técnicas implicadas en la reestructuración cognitiva tienen como objetivo identificar las cogniciones disfuncionales del sueño (que según la literatura apoyan el comportamiento desadaptativo del sueño) y cuestionarlas.

8) Reunión de seguimiento para evaluar el efecto del curso en el sueño del individuo y elaborar consejos y trucos para la correcta gestión del ciclo sueño-vigilia a lo largo de la vida.

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