Cada año, la segunda semana de octubre se celebra el Día Mundial de la Visión, un momento clave para concienciar sobre la importancia de la salud ocular y la prevención de las enfermedades visuales. En todo el mundo, millones de personas padecen trastornos visuales que podrían prevenirse o tratarse mediante revisiones periódicas.
La vista es uno de los sentidos más importantes, pero a menudo se descuida hasta que aparecen trastornos evidentes. Problemas como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia pueden surgir gradualmente y empeorar con el tiempo. Del mismo modo, patologías más complejas como el glaucoma, las cataratas o la degeneración macular asociada a la edad pueden desarrollarse de forma silenciosa e irreversible si no se diagnostican a tiempo.
Incluso en los niños es esencial realizar controles tempranos: las dificultades visuales no detectadas pueden afectar negativamente al aprendizaje escolar, al desarrollo motor y a la calidad de vida.
Las principales directrices internacionales recomiendan revisiones oculares preventivas periódicas al menos cada 1-2 años a partir de los 40 años, pero para los mayores de 60 años es útil someterse a revisiones anuales para controlar cualquier enfermedad degenerativa. No obstante, como ya se ha dicho, las revisiones periódicas también son muy importantes para los niños, sobre todo si están en edad escolar.
Cuando se trata de prevención en el campo de la oftalmología, otra figura sanitaria desempeña un papel crucial: el ortopeda.
El ortóptico es un profesional especializado en la evaluación y rehabilitación de las funciones visuales, en particular las relacionadas con la motilidad ocular, la visión binocular y la coordinación entre los dos ojos. Trabaja en estrecha colaboración con el oftalmólogo, pero se centra en aspectos específicos de la función visual que, si se descuidan, pueden comprometer la calidad de la visión, especialmente en los niños.
En el ámbito preventivo, el ortopeda puede interceptar precozmente el estrabismo, la ambliopía (ojo vago), las dificultades de convergencia o los problemas de visión relacionados con la lectura y la escritura; evaluar la eficacia visual en niños en edad preescolar y escolar, ayudando a prevenir trastornos cognitivos y posturales relacionados con una mala visión; en pacientes adultos, detectar alteraciones de la motilidad ocular que pueden causar síntomas como diplopía (visión doble), fatiga visual o cefaleas oculares.
Aproveche el Día Mundial de la Visión para cuidar sus ojos y los de los miembros de su familia. Una simple visita puede marcar la diferencia entre ver bien hoy y seguir haciéndolo mañana.
Clínica Life está al lado de sus pacientes y para celebrar la importancia de la prevención ofrece consultas gratuitas a las 10 primeras personas que reserven comunicando el código OCU25. Póngase en contacto con nosotros para conocer los detalles de la iniciativa y concertar una cita.